DESDE 1928 EDUCANDO CON EL CORAZÓN

Septiembre de 1928 marca el arribo de la Congregación Siervos de la Caridad a la Ciudad de Buenos Aires. Viene a instalarse en unos terrenos ubicados sobre la Avenida Emilio Castro que habían sido legados por Doña Urbana Sánchez de Santojanni al Arzobispado, donde se atendía la educación de niños pobres. Fue Monseñor Devoto, Vicario General y Obispo Auxiliar de Buenos Aires, quien confía la prosecución de la incipiente tarea a nuestra Obra, de la cual fue insigne bienhechor y admirador. Es así que en enero de 1929 se inaugura oficialmente el Instituto San José con escuela primaria y gratuita para niños internos y externos.

El Instituto tuvo como primer director al Padre Francisco Rovida hasta la primavera de 1933 en que es sucedido por el Padre José Magnani. Sucedieron a estos pioneros otros sacerdotes que con su carisma y accionar dejaron abierto el camino que hoy se transita, a quienes recordamos en la memoria de los ya desaparecidos: Padre Carlos De Ambroggi, Padre Armando Budino, Padre Evaristo Santinelli, Padre Juan Carlos Rossinelli, Padre Pedro Calvi, Padre Félix Frontini, Padre Marino Tedeschi y Padre Félix Bordoni, entre otros.

Los niños encontraron en esta Casa “Pan y Paraíso”, como solía decir Don Guanella, pues junto a una educación cristiana, bajo un techo familiar y con el necesario alimento, se ofrecía a los más grandecitos la posibilidad de aprender un oficio. Con este fin se montó la Escuela Gráfica “Don Guanella”, dirigida por técnicos especializados, donde se preparó un porvenir seguro y honesto a muchos jóvenes aprendices. Posteriormente, y con el mismo fin, se montó una carpintería.

En 1969 comienza a funcionar la Sección Técnica, que tiene como primer Rector al Padre Atilio Viegas, y que puede considerarse como un “aggiornamiento” de los grupos de artesanos que asistieron al Instituto en las décadas del 30 al 60. A la especialidad eléctrica elegida para la orientación de los técnicos egresados, se agregó a partir de 1989 la electrónica y en el 2002, la Sección Bachiller.

Desde su fundación, el Instituto se propuso conseguir en los educandos la aceptación serena de la realidad – de sí mismos, de los demás, del mundo y de la historia -, el descubrimiento de las actitudes personales y una preparación sólida para la propia misión que como Comunidad Católica Guanelliana promueve desde entonces la familiaridad entre sus miembros, la atención personalizada y el servicio a los más necesitados de la comunidad.

La sensibilidad de un gran número de hombres y mujeres de buena voluntad y las expectativas de una muchedumbre de pobres, inspira al Instituto a comprometerse en forma prioritaria a defender el valor y la trascendencia de la vida humana, a derribar los muros de la indiferencia levantados por el egoísmo y a difundir el sentido de la gratuidad que abre el corazón a la acogida de los otros como personas.